Una tarde agradable (Privado)

el cochero murmura algo sobre que es la gente la que se le mete entre los caballos y no baja la velocidad.

- dejelo, ellos no hacen caso - contesta tratando de calmarlo. ademas a ella no le importaba mientras pudiera estar mas cerca de roderick. se abrazo mas a él, percibiendo la leve colonia que le gustaba tanto.

-Bien... - bajo un poco la voz, miro a aquella castaña que le abrazaba con ternura, paso su mano por aquellos cabellos tan suaves que tenia, en verdad era agradable la compañia de ella. Se acomodo de forma que pudieran estar un poco mas agusto.

sus mejillas ardieron cuando la mano de roderick la acaricio. se removio mas en el asiento para acoplarse al cuerpo calido de austria.

- roderick-sama - puso su mano sobre la de él, demasiado avergonzada como para mirarlo.

-Pasa algo Elizabeta?- pregunto sosteniendo su mano, el recorrido parecia casi terminar, mirando que habia recorrido hasta dejarles en Mariazell, precisamente en el Santuario de Nuestra Señora de Mariazell.

- no es nada. - se sintio un poco sola cuando bajaron del carruaje, separandose de roderick miro la catedral preguntandose su historia y el porque el mechon de roderick se llamaba igual.

camino un poco para desentumar las piernas.

-Quisieras entrar?- le tomo de la mano para que no se alejara, puesto que habia algunas personas alrededor y no deseaba perderla de vista.
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((El Autor le puso asi a su mechon, por que es una parte importante de Austria, el santuario hahaha))

- claro - mira sus manos entrelazadas y se siente completa de nuevo. Se acerca mas a él para no golpearse con la gente que pasaba por ahi. no podia creer que hubiera tanta, ademas alguunas mujeres miraban con lascividad a roderick-sama y ella no lo iba a permitir.

-Ocurre algo?- miro como algunas mujeres pasaron algo temerosas a su lado, que les pasaria?.

- no, nada, mejor vamos a entrar- corrio hacia la puerta arrastrando a roderick consigo, era peligroso quedarse mas tiempo, los hombres empezaban a acosarlo tambien.

-Bien, te sigo- era practicamente arrastrado con ella hacia el santuario, dentro habia muchos peregrinos, de diferentes partes de alrededor, era muy hermoso por dentro, tomo el brazo de Hungria para llevarle, como un caballero lleva a una dama a pasear, admiraban las cosas del alrededor, dando una que otra risita pequeña.

- hoy esta muy sonriente roderick-sama _- dijo mirandolo fijamente, era algo raro verlo asi pero le gustaba. Aunque su contacto aun era formal, queria acercarse mas a él, mas que cualquier otra persona. Observo a los peregrinos mientras esperaba que contestara.

-Enserio?- el mismo no se habia percatado de ello, poso una mano en su boca, como queriendo comprobar aquello. -Te parece algo raro?- pregunto un tanto avergonzado por ello.

- no...es que no lo habia visto sonreir asi. - cubrio con su mano la de roderick y sonrio, no entendia lo mucho que significaba que solo sonriera asi con ella. la hacia sentir especial. - deberia hacerlo mas seguido... se ve mas... lindo... - iba a decir sexy y guapo pero no le parecio correcto hacerlo ya que no sabia como se lo tomaria, ademas estaban en una catedral.

-Ah... ya veo, quizas deba hacerlo- sonrio levemente al cumplido, mirando lo que habia alrededor, unos sujetos de la nada aparecieron, y miraban a Hungria lasivamente, lo cual hizo molestar un poco a Austria, como pueden profanar con su mirada a Elizabeta! Eso es una groseria, se dijo a si mismo, mirandoles con el ceño fruncido.

-Que pasa? - miro hacia el lugar donde roderick miraba con el ceño fruncido peor no vio nada. tal vez lo habia hecho enojar con su comentario. se separo de él avergonzada. no entendia el porque de su enojo. - roderick-sama?

-No, no te preocupes Elizabeta- noto que se alejaba, y al ver esto, los sujetos se acercaron, tenian toda la facha de no ser de los alrededores, se acercaron junto a Hungria, posando su mano en su hombro "Que buena esta usted" le dijo uno con toda la malicia que pudo, cosa que indigno a Austria en ese momento, se acerco a este tipo totalmente molesto - Obakasanga, que forma de hablarle a una dama! Deberias avergonzarte de tu sucia lengua-

se estremecio al sentir la mano de un extraño hombre en su hombro. se asusto al escuchar la obscenidad de aquel hombre y despues el enojo se abrio paso en su interior. ¿por que tenian que venir a arruinarlo todo? iba a decirles algo pero roderick la interrumpio acercandose al extraño. el miedo volvio, no queria que le hicieran daño.
- roderick-sama por favor..no vale la pena...mejor vamonos. - dijo para intentar calmarlos, si empezaban a pelear dentro de la cartedral todos se irian al infierno.

No queria quedar mal ante Elizabeta, y mucho menos dejar a esos "incultos y desagradables" que osaban profanar aquel lugar con sus bocas sucias, se calmo un poco-De acuerdo- , tomando el brazo de Hungria para caminar fuera de aquel lugar , pero estas personas parecian seguirles.

- soy yo o nos estan siguiendo? - pregunto nerviosa... sabia que no debia vestirse asi, que suerte que la hubieran dejado entrar. se acerco mas a roderick y trato de ocultar su miedo, no por ella si no por él. oh, habia olvidado su arma en casa.

-Si, creo que nos seguian- no era precisamente el caballero que podria defenderla por medios fisicos, se apresuro a perderse por las calles con ella, asi, haciando que estos no pudieran seguirles.

- ya no los veo...- dijo no muy segura. Tenia el presentimiento de que aun los seguian pero habia demasiada gente como para comprobarlo.
Todas las calles le parecian iguales como si estuvieran caminando en circulos, aun asi roderick no parecia vacilar.

-Creo... creo que nos hemos perdido- estaba algo avergonzado por ello, pero era natural en Austria, el perderse por las calles. Pero no habia tanto problema, con llamar un carruaje, podrian volver, era cosa facil.

No pudo evitar reirse, era tan tipico de él. Trato de parar pero no podia.
- lo siento...ja ja ja .... Esta bien. - se forzo a dejar de reir. - no se preocupe... - miro gacua los lados para ver si habia algun carruaje pero no se veia ni un alma, la calle estaba completamente vacia.

Hizo una mueca debido a la risa, mas se trago su orgullo, era Hungria, nunca le contestaria de forma en la que hacia con los demas. Al mirar que no se encontraba ni un alma alrededor, suspiro. -Entonces... seguimos caminando?- le ofrecio su brazo para caminar junto con ella.

- si. - aun no podia quitar la sonrisa de su rostro pero no volvio a reir por miedo a ofenderlo. Con un suspiro lo tomo del brazo y dejo que la guiara, ya lo habia hecho correrlo suficiente.

Mientras caminaban iba observando las casas donde no parecia vivir nadie y cada vez se le hacia mas raro no ver gente. Todo estaba tan frio y lugubre. ¿donde estaban todos?